La iniciativa de crear la Residencia Río Amarillo nace al comprobar las necesidades de familiares cercanos -adultos mayores- por contar con un lugar que satisfaga sus necesidades en forma integral, en un ambiente que disponga de los recursos humanos y materiales especialmente orientados a su atención.
Un análisis de los requerimientos de los adultos mayores nos reveló que muchas veces ellos siguen habitando las propiedades familiares prácticamente solos, soportando ingentes gastos de mantención carentes ya de justificación y con escasos, sino nulos, cuidados personales, proporcionados por personal sin las competencias necesarias.
En el mercado de este tipo de establecimientos se presentan opciones muy marcadas por la masividad, se trate de servicios a un alto o bajo precio. Las primeras, satisfaciendo en gran parte las necesidades materiales, dejan de lado muchas veces las necesidades emocionales al no proporcionar una atención personalizada, sino pretender maximizar los rendimientos. Las segundas, por su precio, no satisfacen muchas veces las necesidades mínimas materiales, ni menos las emocionales.
La Residencia Río Amarillo pretende que el adulto mayor, sea cual sea su nivel de valencia, cuente con todo el cariño y cuidado que se merece, disponiendo de una infraestructura de primer nivel y una atención personalizada proporcionada por un calificado equipo humano, que le permita desarrollar sus propias capacidades.
Contamos con un reducido número de habitaciones y los precios se determinan solo en base al tamaño de las mismas.
Es nuestra meta que los residentes se sientan como en su propia casa, por lo que se les proporciona un ambiente cálido y acogedor, con las comodidades necesarias.
La Directora Ejecutiva, Marcela Cruz Schmidt, dirige personalmente la Residencia, siendo asistida por personal técnico calificado y experimentado, con profundo respeto humano.